miércoles, 27 de enero de 2021

De vuelta por la calle de La Herradura

Vista actual de la calle de La Herradura desde la esquina del ayuntamiento.

Como  hemos descansado desde el anterior  paseo por esta calle, bajamos la cuesta para iniciarlo donde lo dejamos el otro día, así que iniciamos la subida hacia la plaza.

En la margen izquierda del río (como estamos en España no se llama Angueira) empieza el Prado del Marqués, que acababa bastante más arriba de donde lo hace, pues han construido sus casas Narciso Baladrón y María, y la de Pedro y Sagrario. El prado se lo compró Crispín al Marqués y se lo vendió a María y Narciso, aunque antes se había segregado la parte donde se edificó la casa de Pedro y Sagrario. Esta casa la construyó Francisco González Gil, guarda forestal, en el terreno que, según tengo entendido, le cedió el actual marqués Juan M. Osorio, en agradecimiento por algún servicio que Gil le había prestado.

María y Narciso hicieron la casa que ocupan en la actualidad y están en posesión del prado. Antes  del ensanchamiento de la carretera y de la remodelación de los puentes, al empezar la curva había un huerto que, como era de Obras Públicas, lo cultivaba el Sr. Martín Gago, capataz de los camineros de la zona.

    Cuando este espacio era solo prado, lo tenía en arrendamiento el Sr. Julián “Julianico” y para allí llevaba las vacas a pastar. Acompañando a las vacas había un carnero, con cuernos grandes y retorcidos, que testaba en cuanto se le citaba. Ni que decir tiene que para los chavales aquello era un reto divertido. Cuantas veces Julianico o la Srª Elvira nos corrían vara  en mano. 


domingo, 17 de enero de 2021

Calle de la Herradura

Continuamos  los paseos por las calles de la Villa, protegidos con la mascarilla y guardando las distancias. Hoy lo hacemos por la calle de Braganza o Cuesta de la Herradura que por estos dos nombres se la conoce. En este paseo me acompaña Ángel Cerezal, nacido y criado en ella, por lo que tiene un conocimiento de las cosas, la gente y aquí  acontecido  desde los años cincuenta  del S. XX. Como yo, creció en un bar, circunstancia que le permitió conocer, relacionarse,  tratar a gente y  oír hablar de sucesos y personas que algunos desconocen totalmente.


En la acera de los números pares -por la que empezamos el recorrido- los edificios, desde la plaza hasta la primera calleja, no tienen nada que ver con los que había en la época de la que este paseo trata. Todos están reedificados y no siempre para bien.


Echamos a andar por la cuesta abajo, y como el primer edificio  lo incluí en el paseo por la calle del Hospital, nada más añadiré a lo que dije de él cuando hice el paseo por allí; aunque tenía el acceso principal por esta calle por una hermosa puerta de postigo a un portal  que daba al taller de la zapatería, negocio de la familia, al que daba un balconcillo en el bajo.

lunes, 4 de enero de 2021

Dentro la villa

Tiene este nombre porque fue el recinto amurallado donde nació la localidad medieval en la que se transformó el castro original que albergó a los zoelas más meridionales, primeros pobladores históricos que hubo en la villa, que se asentaron en el lugar que antes habitaron pueblos prehistóricos. Durante la edad moderna este recinto se quedó pequeño y la población se extendió por lo que entonces denominaban el arrabal: Plaza, Herradura, san Francisco, Castropete, Hospital, Labradores, etc. hasta conformar el Alcañices que hoy existe. 

Alcañiças, que así se llamó durante mucho tiempo la villa, fue visitado por reyes. P. e. Alfonso IX acompañado de su hijo Fernando, quien sería conocido como el Santo, en Agosto de MCCXII. Y aquí, durante todo el mes de setiembre de MCCXCVII, residieron: Fernando IV rey de Castilla, su madre Doña María de Molina, reina regente, y los reyes de Portugal Don Dinis y su esposa Isabel de Aragón con toda la nobleza portuguesa y castellana, así como todos los obispos de ambos reinos. Esta reunión acordó el tratado de fronteras entre ambos países conocido como Tratado de Alcañices. Mucha gente y de alta alcurnia, lo que demuestra que Alcañices era una población importante y con capacidad de hospedaje para que aquí se pudiera albergar tantos y durante tanto tiempo.