Están realizando en el cementerio de
Alcañices la búsqueda de los restos mortales de Aquilino Rodríguez, nacido en
Matellanes, que fue asesinado a los pocos días del levantamiento por parte del
ejército, golpe de estado, contra el gobierno de la republica el 18 de julio de
1936. Por aquellas mismas fechas y, según cuentan, en el mismo lugar, también
fueron ejecutados: Rafael Sassot, Laurentino Mata, Félix Prieto y Antonio
Fagundez, enterrados todos en ese cementerio.
Aquilino Rodríguez era agricultor y padre
de Anastasio y de Gil, muy populares en la villa, sobre todo el primero, para
la gente de mi generación y anteriores, por las casi diarias visitas que hacía
y por ser una persona abierta, siempre dispuesta a la conversación. La vida de
Anastasio merece una novela por la gran
cantidad de episodios que le tocó vivir. Sería un éxito seguro como novela de aventuras y todos
creeríamos que era de ficción. Unos chavales del colegio Virgen de la Salud (no
recuerdo sus nombres, cosa que me gustaría para nombrarlos aquí),
coordinados por el director, escribieron
un relato sobre él que merece ser leído,
no solo por lo que cuentan, sino también por lo bien escrito que está. Seria muy bueno que ampliaran la investigación y nos
dieran a conocer todas las facetas del
personaje. Desde aquí los animo.
Laurentino Mata era conductor del coche de línea
a Zamora. De Félix y de Antonio desconozco su actividad.
Ninguno de los tres era originario de Alcañices. Tampoco lo era Rafael Sassot,
del que me voy a ocupar a continuación.
Rafael Sassot Vives era a la sazón
administrador de la aduana de Alcañices. Catalán, padre de dos hijos,
divorciado y, según me lo ha descrito mi informante: “muy querido por quienes
le trataban, simpático, elegante, de trato afable, conocedor del mundo, gran
viajero, culto, gran lector y gran
bebedor de cerveza. Daba dinero para los pobres a través Agustín Bernardino Amor,
cura párroco y ropa y calzado por mano de la esposa del portero de la aduana.
Vivía en la fonda de Manuel Gallego (en la casa donde ahora está el bar de
Germán). Poseía una buena colección de libros entre los que se encontraban
autores como: Kant, Unamuno, Hegel, Descartes, Voltaire, Santo Tomás, San
Agustín y Santa Teresa y otros según comprobaron cuando recogieron su
habitación. Buen conversador, exteriorizaba
sus conocimientos en las tertulias del
casino y casa Barros, de la que era asiduo, siempre remojando el gaznate con
cerveza”. Contaba mi abuelo que en el pozo que hay en la casa, de las neveras
ni se había oído hablar, siempre había una caja de cerveza a refrescar
exclusivamente para él.
Era afín al partido socialista y escribía a
veces en el periódico de Zamora de tendencia izquierdista “La Tarde” donde
exponía sus ideales y opinaba sobre la actualidad del país.
El 16 de julio de 1936, cuando los rumores
sobre un alzamiento militar eran muy fuertes, se encontraba junto a algunos
amigos, en la antesala del despacho del gobernador civil de Zamora a donde
llegaron, entre otros, el presidente de
la diputación el alcalde y Ángel Galarza, para avisar de la inminencia del
golpe y tomar decisiones al respecto. Se cuenta que Galarza, diputado en
cortes, que había sido director general de seguridad estaba al corriente de la
situación y pasó por Alcañices el 18 para huir a Portugal. Poco después regresó
por Badajoz y fue nombrado ministro de gobernación por Azaña.
En la aduana trabajaba de administrativo y
era jefe local de falange, Salvador Montejo Moreno, quien, según contaron fue
el instigador del asesinato del Sr. Sassot aunque no fue quien apretó el
gatillo. Para hacerlo llego desde Zamora el funcionario de Correos Martín
Mariscal (quien también asesino, entre otros muchos, a Amparo Barragán, esposa
del escritor Ramón J. Sender). Llegado el tal Mariscal a Alcañices, se alojó en
la fonda del Sr. Gallego quien, enterado de la misión que el tal traía, le informó de la personalidad
de Sassot y de su relación con la gente
del pueblo y el tal no se atrevió a
llevar a cabo el encargo. Volvió para
Zamora y comisionó a un tal Amaro,
del pueblo de Riofrío, dicen, y a otro, de quien desconozco el nombre, para
realizar la hazaña.
Así relata mi informante los hechos:
“A don Rafael le sacaron de la cama, pues
trasnochaba mucho leyendo hasta altas horas, y entre los dos falangistas citados le llevaron al
cementerio pasando por la plaza hacia
las 11 de la mañana. Se rumoreo que le llevaban para tener un careo con no
sé quién. Fue el 13 de septiembre de
1936. Por cierto que Manolita Calvo debió de ser la última persona que habló con él al encontrarla frente al
comercio de la Doloricas. Se cuentan horrores de cómo lo mataron por un fallo
en las pistolas o por nerviosismo. Los que le dieron tierra estaban
impresionados por el destrozo que tenía en el rostro. Esto te lo facilito como
rumor pues era tal la atmosfera que se respiraba en el pueblo que se
desorbitaban los hechos con facilidad”.
No hubo ningún paseado originario de Alcañices, gracias a la
personalidad y buena gestión del alcalde Don Santiago Prieto, pero si hubo
represaliados: casi todos los miembros de la gestora del ayuntamiento, el
maestro D. Emeterio Cabrera, muy querido y recordado por sus alumnos y varios
más. Famosos por asesinatos y atropellos cometidos si hubo nacidos aquí. Uno de
ellos se atrevió a volver en unas fiestas, lo cogió una vaca, le dio una vuelta
colgado de un cuerno por el cinturón y toda la gente gritaba: “mátalo, mátalo,
mátalo” se le rompió el cinto, cayó al suelo, nadie le auxilió, arrastrándose
salió por entre los carros entre voces de: asesino, asesino. Desapareció y de
él jamás se supo. Se llamaba PITITIS
Tenía noticias de todo esto a través de mis familiares de Matellanes, que trataban con el"Nestasio", incorporé parte en los comienzos de mi novela "LA RAYA", para empapar el ambiente, no me molesto que algunos me trataran de sensacionalista, sólo cambié nombres.
ResponderEliminarHola. Es muy interesante todo lo que cuentas. Somos una productora que estamos desarrollando un documental sobre la Memoria Histórica en la provincia de Zamora y nos gustaría hsblar contigo para ampliar esta información. Si lo tienes a bien, contacta con nosotros en documentales.produccion@gmail.com.
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ResponderEliminarPor tu escrito acabo de enterarme del final de mi abuelo, Rafael Sassot Rodríguez ( Vives era el apellido de su padre). Me gustaría saber mas y te agradecería que me indicaras a que fuentes acudir. Muchas gracias. Macarena Cristóbal Sassot. macarena.cristobal@gmail.com
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