Usos comunales de Alcañices (3)
Los
ayuntamientos asumían, independientemente de su capacidad económica, (el de
Alcañices nunca estaba boyante) competencias en cuestiones que hoy las ejercen
otras instituciones. Estaban, entre otras, enseñanza y sanidad. Así:
En
los meses de marzo y abril del año 1838, en varias sesiones de la junta
municipal se acuerda hacer visitas a la escuela para inspeccionar la enseñanza
que se imparte. Incluso se instruye un expediente al maestro de primeras letras
¨Por ausentarse sin permiso y no dejar a
cargo de la escuela a un sustituto”.
En la sesión del ayuntamiento del 17 de marzo
de 1839, la junta municipal acuerda aumentar a 2.600 pesetas la dotación de 200
ducados que tenía Don Manuel Panero,
maestro de primera educación de la villa.
En
sesión plenaria del 11 de abril de 1843 los miembros del ayuntamiento hacen
constancia del conocimiento que tienen de que “el médico de la villa está haciendo diligencias para irse sin
conocimiento del ayuntamiento y acuerdan despedirle”.
En
relación con lo anterior, el 11 de julio de 1844 en sesión ordinaria, el ayuntamiento acuerda
consultar a un abogado ya que “el médico
reclama que se le abonen sus honorarios hasta el 15 de noviembre de 1843”.
El
13 de julio de 1847 el ayuntamiento cede el hospital para que atiendan allí a los soldados enfermos. Creo
que en algún otro sitio he dejado dicho que en hospital existía un cementerio
en el que se inhumaban a quienes fallecían en él, transeúntes y soldados, y no fueran reclamados
por familiares.
El
12 de junio de 1847 el ayuntamiento contesta a la solicitud del comandante del
regimiento que estaba aposentado en la villa: Que le es imposible proporcionar la cebada y la hierba que le pide para
los caballos de los soldados.
También
el 30 de junio de 1847 hay un escrito en los términos: “Habiendo pasado oficio el Sr. Comandante de Armas de esta villa para
que las compañías destacadas en este punto sean desde hoy acuarteladas en el
edificio palacio que en esta villa tiene el Ilmo. Sr. Marqués, por ser el punto
más ventajoso y cómodo para el soldado, pásese el correspondiente aviso
amistoso a la Administradora del Marqués para que entregue las llaves del
referido edificio y, caso de que se resista, se
autoriza al Sr. Alcalde a que la obligue a efectuarlo con todo rigor”.
En
toda esta trayectoria se ve que nunca han sido cordiales las relaciones entre
el ayuntamiento y la administración del marquesado.
En
1848 en la comarca hay una terrible
epidemia en el ganado. El ayuntamiento
toma medidas para evitar en lo posible que se extienda. El 31 de agosto
indica: “Que para evitar el contagio de
ganados y personas recomienda, que para enterrar a las reses de ganado vacuno
que hayan muerto, se hagan los hoyos profundos”.
El 6 de septiembre “Se
prohíbe la venta de carne de ganado vacuno muerto y que el enfermo se tenga en
las cuadras y no se saque a la calle para evitar el contagio, bajo multa de 8
ducados. Y que el día de mañana se hagan rogativas al Todo Poderoso”.
Después
de estas epidemias que sufrió el ganado vacuno, es normal que en los años
siguientes este escaseara. Por tanto, para volver a la situación anterior a
la que había anteriormente el
ayuntamiento en sesión de 13 de agosto de 1849 dice “Se ordena al abastecedor que deje de matar ganado vacuno y maté
solamente machos cabríos y carneros, bajo multa de 100 ducados y de perder la
carne”.
El
11 de febrero de 1858, se nombra la Junta de sanidad.
El
16 de febrero de 1840 el ayuntamiento recomienda a los vecinos: Que en los corrales particulares no se
alberguen más de cinco burros de viajantes y forasteros, y estos que sean
amigos, o que saquen la oportuna licencia municipal, para no perjudicar al
arrendatario del mesón”.
Como
ya apunté más arriba, muchos son los temas de los que tienen que ocuparse el
ayuntamiento. Así que a continuación relaciono algunos:
En
aquellos tiempos se hacía porcada, esto es, que los cerdos que tenían los
vecinos de la villa salían a pastar a valles y montes comunales, unas veces
cuidados por un porquero contratado para ello y otras a cargo de los propietarios.
El
31 de enero de 1841 hay una sesión dedicada a dar normas sobre cómo deben ir
los cerdos a los valles. “Tienen que ir
argollados para no causar destrozos
en las praderas y a cargo de un cuidador que sea pagado por los dueños de los
cerdos proporcionalmente al número ellos que tengan”
(La
argolla era, es, un alambre que se pone en el hocico de los cerdos para que al
hozar en la tierra se hagan daño y no puedan hacer agujeros en las praderas).
Parece
que algunos no cumplían con la
norma y el 23 de marzo de 1842 recuerda a los vecinos que “Los cerdos no vayan a los pastos sin argollas”
El
22 de enero de 1871 el ayuntamiento decide “adquirir
un cerdo padre para el servicio de las cerdas de los vecinos”.
El
1º de mayo en Alcañices una feria anual de ganado. El ayuntamiento estaba
advertido de que el ganado: vacas, cabras, ovejas y caballerías, procedentes de Portugal, causaban gran daño en
los sembrados. Como consecuencia acuerda “Que
el pregonero de un bando en ese día, 1841, para advertir a los portugueses de que se les cobrará el daño que
causen y que se les impondrán multas”.
Se
desprende que existían unas relaciones,
de amistad, parentesco y comerciales
fluidas entre Tras-os-Montes y Aliste,
que venía de antiguo y que estaban
respaldadas por normas consuetudinarias. He encontrado una carta fechada el 25
de marzo de 1764 dirigida por el alcalde de Alcañices al gobernador civil de
Zamora, siento no acordarme dónde aunque creo que fue en el archivo provincial,
que dice:
“Siempre fue costumbre que los
ganados de Portugal entraran una legua dentro del territorio español a pastar y
viceversa, pero como ahora la Ronda Montada de Sayago encontró 175 cabezas de
ganado caprino, pastoreadas por Manuel Pires, de Cicuero, y las aprehendió, pide
por eso, en nombre de la villa de Alcañices, que sean restituidas a dicho
vecino de Cicuero, para mantener la buena armonía que entre los pueblos de una
y otra nación siempre ha habido”.
El
20 de febrero de 1842, se ordena que se advierta a los transeúntes de Mellanes
y de Arcillera que traigan caballerías y/o ganado, que no causen daño a los
sembrados bajo multa de 1 ducado.
El
19 de junio de 1844 hay acuerdo a fin de “Que
le pongan cencerros a los bueyes para saber donde se encuentran, vigilar los sembrados
y ver qué dirección llevan”.
En
un comunicado del ayuntamiento del 9 de julio de 1858 le dicen al gobernador
civil “Que los ganados que fueron
aprehendidos por la Guardia Civil no son de contrabando, si no que no se le ven
bien las marcas porque cuando procedieron a marcar el ganado de la zona, lo hicieron con
precipitación y al poco tiempo no se le conoce la marca”
Todos los años en el mes de marzo el
ayuntamiento convocaba solo a los agricultores
para el acondicionamiento de los caminos. Excepcionalmente el 3 de marzo
de 1850, por razón del uso, “Se hace
saber al vecindario que el día 7 esté en la plaza una persona capaz de cada
casa con carro, arado, pico o pala para proceder a arreglar el CAMINO DE
ZAMORA, bajo multa de 4 ducados”
Durante
la primera semana de junio a las 4 de la tarde, a toque de reloj, se cita a los
dueños de fincas de los pagos que citan, para limpiar y poner las regaderas, acequias, en condiciones para
el riego. La forma de regar era: a agua
tirada.
Las
regaderas que se acondicionaban y el
orden en que se hacían era: la Ganada, la Perdida, el Tejar, la Riberica, la
Linarada y el Jardín, el Prado Gaspar, el Ramilo y el Carpazal.
La
asistencia era obligatoria para todos los propietarios que tenían huertos en
esos pagos.
Todos
los años se nombra veedor repartidor para controlar el agua de la Ganada
Aunque
los ganaderos conocían las fechas, el
ayuntamiento ordenaba al alguacil que pregonara el acotado y desacotado de los
valles de Palazuelo, Sahú, Monte del Marqués y Bozas. También, cuando procedía,
el
aprovechamiento de bellotas.
El aprovechamiento de la rastrojera estaba regulado. Hasta que no se había acabado
el acarreo de las mieses no empezaba. Primero se hacia el respigueo, que casi
siempre lo efectuaban las mujeres. Después era el ganado vacuno el que tenía
permitido el acceso, el ovino y caprino
eran los últimos que pastaban.
El
tiempo de empezar la segada era regulado por el ayuntamiento. Con la mies segada se hacían manojos que se juntaban en
Morenas o Mornales, así se denominaban
los montones que con ellos se hacían, para facilitar el acarreo cuando se
pillaba la raposa, como se decía
cuando se acababa la segada. Luego se llevaban a la era donde se colocaban en
Medas. Parva, trilla, limpia y grano a la panera. Ese día era una fiesta y en
el horcón, que se ponía en el sitio de un picón del carro que llevaba los
costales, se colgaba un gallo. Corría el
vino y, por supuesto, había los consiguientes cánticos tradicionales.
Entre
1841 y 1870 hay acuerdos concediendo robles y pinos para que puedan construir
sus casas algunos vecinos que lo solicitaron.
El
18 de abril de 1843 “Se les concede la
vecindad. Según la solicitud que presentan, a Manuel Rodríguez (Fernandais) y a Santiago Juan.
El
4 de febrero de 1845 también se les concede la vecindad en la villa a “los solicitantes: Domingo López y Pedro
García, el 1º de vecindad portuguesa, pero lleva 8 años en Alcañices y el
segundo casado con una hija del pueblo.
El
8 de octubre de 1848, se fundió la campana pequeña de la parroquia.
El
12 de agosto de 1853 el ayuntamiento acuerda “Que a vista de la excitación de algunos vecinos para que se verifique
una corrida de toros en esta villa para solemnizar a su patrono San Roque,
teniendo en cuenta el poco adelanto que tiene que hacer de los fondos
comunes, este ayuntamiento accede a
ello”.
“El 9 de octubre de 1870 acuerdan agente
y o representante del municipio en Madrid a Don Joaquín Gómez, a quien se dan y
confieren todo su poder bastante y tan amplio como le sea necesario para que
pueda representarle en el curso de todo género de negocios que el municipio
pueda entablar y reclamaciones que tuviere que hacer”.
El
8 de enero de 1843 publica convocatoria para cubrir la vacante de Alcayde de la
cárcel “Los solicitantes deben acreditar
buena conducta moral y política y en igual circunstancia será preferido el que
haya servido a la patria con buena licencia, sea mayor de 34 años y menor de
58”.
El
24 de marzo Alcayde a Juan Rodríguez.
El
27 de febrero de 1870 acuerdan “Que en tiempo
de carnaval como en todas las épocas del año, quedan prohibidas las reuniones y
bailes a horas intempestivas, así como también los juegos en los
establecimientos públicos después del toque de queda bajo multa de 1 a 10
escudos.
En
este orden de cosas ya el 28 de mayo de 1848 el ayuntamiento manifiesta “Que debido a los altercados que algunas
veces llegan a las manos, se ordena que se suspendan después de las 10 de la
noche las rondas de mozos”.
Estas
son algunas de las cosas que pasaban en la Villa en tiempos de la segunda mitad
del siglo XIX. Esta entrega ha salido un poco larga pero espero que le resulte
interesante a quienes tengan curiosidad.
Si
soy capaz, lo siguiente que publicaré será un resumen, ponerlo literal creo que
sería pesado, del Libro del libro Respuestas Generales del Catastro de Marque
de la Ensenada.