viernes, 14 de febrero de 2020

2ª entrega de usos comunales


Usos comunales de Alcañices (2)

Otra de las constantes preocupaciones del consistorio es lo concerniente a abastos para la localidad, tanto por las contribuciones que percibe como por la calidad de los servicios que se prestan. Como el ayuntamiento está siempre a dos velas hay muchos acuerdos concernientes al cobro de arbitrios.

En 12 de mayo de 1839, se  hace referencia a que “los arrendatarios  que deben pagar los arbitrios efectúen los pagos rápidamente para poder atender a la contribución de guerra. Que se haga saber a los de abastos, alcabala, taberna, casa mesón y fielato (estos arrendamientos salen a subasta anualmente) que solo una tercera parte la paguen en vellón y los otros 2/3 en oro o plata”.
El 28 de marzo de 1841 el consistorio se hace eco de las quejas de los vecinos en relación a la calidad de los productos que se venden en los abastos, y propone medidas para que sea mejorada esa calidad. ¿Qué proponen?: “multas que se duplicaran si se repiten los hechos”.
También el ayuntamiento protege a los arrendatarios de estos servicios; así, en  sesión celebrada el 11 de abril de 1841, acordaron: Que siendo mañana y pasado los días en que, según costumbre, los vecinos celebran la Pascua saliendo al valle donde se hallan los sembrados, se les haga saber en evitación de perjuicios que no pueden llevar a Valdesejas ninguna caballería, bajo la multa de un ducado a quien lo hiciere, y que solo las dos del tabernero que conducen el vino pueden consentirse. Haciéndolo presente por medio de la voz pública para conocimiento de todos los habitantes de esta villa. Y lo firman conmigo: Gago, Fagundez, Fraile y Mezquita. Que certifico.
El 1 de enero de 1843 se ordena: Que, según costumbre, se proceda a la entrega de medidas, pesas y demás alhajas propios de esta villa a los abastecedores, reconociéndolas antes por si se hallan deterioradas.
20 de noviembre de 1846: Habiéndose denunciado a la Corporación por algunos vecinos de la mala calidad del vino que se vende en el puesto público por el arrendatario. A   fin  de averiguar lo  que en el particular  haya, se nombran como peritos inteligentes a D. José Martínez y a D. José Rodríguez (digo yo que serían expertos en el tema) de esta vecindad, a quienes se les hará saber por el alguacil de que cumplan con religiosidad (será porque con vino se consagra) este encargo para que en vista de lo que adviertan, acordar lo conveniente en beneficio del vecindario. Así lo dijeron y firmaron los que saben. De que certifico.
 
El 26 de abril de 1849 se dice: A los que se dediquen a la venta de vino al por mayor que tienen la obligación de descargarlo en la casa taberna o en el fielato para su intervención. Los  vecinos que tengan vino a la venta lo llevaran a la taberna o fielato para su depósito en el plazo de este día, bajo la pena de decomiso y demás a que haya lugar.

Inventario que el ayuntamiento hace el 1 de  enero de 1855 de los pesos, medidas y utensilios existentes en las dependencias municipales:

En la taberna.- Unas cubas buenas que hacen 38 cántaros. Un  cubeto mediano. Dos  tinajas de barro. Medio cántaro de madera y un cuartillo de asta.

En el Portalón.- siete alqueres con sus raseros y otro para castañas sin rasero. Una romana grande que hace por el lado mayor 21 arrobas y 20 libras y por el  menor 7 arrobas y 8 libras.

En la Obliga.- 1 peso con 5 pesas de hierro: una de 8 libras, una de 4 libras, una de 2 libras, una 1 libra y una de ½ . una romana de 11 arrobas y 10 libras del lado mayor y por el menor 3 arrobas y 14 libras y una maroma que tiene 10 varas de largo y de grueso 2 dedos.

En la Abacería.- Una romana de  ¼ de arroba, un puchero de cobre y medidas de: media libra, un cuarterón, dos onzas, dos cuartos, y un cuarto de hojalata.

Sesión del  2 de abril de 1959. En Alcañices a dos de abril de mil ochocientos cincuenta y nueve. Reunidos en la sala capitular los señores que se relacionan al margen, acordaron: que en el próximo mercado saliese una comisión de esta corporación a hacer el repeso del pan cocido para evitar que se defraudase al público por indolencia de las autoridades. Dando parte, concluida que sea dicha operación, de las faltas que noten para adoptar las providencias convenientes.

Hasta las proximidades del siglo XX hubo en Alcañices una feria mensual de ganado y dos mercados semanales que se hacían en el  Portalón. Esta dependencia municipal estaba  en un edificio destinado a ello situado en el espacio que hay desde el Banco de Castilla a la tienda de Domingo y Tita.

El 10 de diciembre de 1863, el ayuntamiento y los vecinos acuerdan dirigirse al ministerio de Hacienda haciéndole saber que la contribución que tiene que pagar el ayuntamiento es excesiva y que no puede costearla, máxime cuando se ha creado una feria en San Vitero en la que lo que se les cobra a los ganaderos por ir es menos que lo que se cobra en Alcañices.


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