Vista actual de la calle de La Herradura desde la esquina del ayuntamiento. |
Como hemos descansado desde el anterior paseo por esta calle, bajamos la cuesta para iniciarlo donde lo dejamos el otro día, así que iniciamos la subida hacia la plaza.
En la margen izquierda del río (como estamos en España no se llama Angueira) empieza el Prado del Marqués, que acababa bastante más arriba de donde lo hace, pues han construido sus casas Narciso Baladrón y María, y la de Pedro y Sagrario. El prado se lo compró Crispín al Marqués y se lo vendió a María y Narciso, aunque antes se había segregado la parte donde se edificó la casa de Pedro y Sagrario. Esta casa la construyó Francisco González Gil, guarda forestal, en el terreno que, según tengo entendido, le cedió el actual marqués Juan M. Osorio, en agradecimiento por algún servicio que Gil le había prestado.
María y Narciso hicieron la casa que ocupan en la actualidad y están en posesión del prado. Antes del ensanchamiento de la carretera y de la remodelación de los puentes, al empezar la curva había un huerto que, como era de Obras Públicas, lo cultivaba el Sr. Martín Gago, capataz de los camineros de la zona.
Cuando este espacio era solo prado, lo tenía en arrendamiento el Sr. Julián “Julianico” y para allí llevaba las vacas a pastar. Acompañando a las vacas había un carnero, con cuernos grandes y retorcidos, que testaba en cuanto se le citaba. Ni que decir tiene que para los chavales aquello era un reto divertido. Cuantas veces Julianico o la Srª Elvira nos corrían vara en mano.